domingo, 21 de abril de 2013

Tengo algo que decirte.

Te amo. Dicen que ya es una frase gastada, ultrajada, prostituida. Que en ésta época no es especial para el que lo dice, ni para el que lo recibe. Que más vale hacerlo que decirlo, demostrarlo con actos y no con palabras.

Lo que yo en realidad creo es que están locos los que dicen eso. O tal vez yo lo esté, prefiero estarlo, de lo contrario sería como ellos que no pueden sentir en el decir te amo el acto mismo del amor.

Te amo, y amo decirte te amo, porque es mi ridícula, desesperada y tal vez exigua forma de darle vida, tiempo y espacio a lo que haces sentir en mi.

Te amo, déjame decirlo porque no hay forma suficiente para demostrarlo, para sacarlo, para expresar esto que siento.

Te amo, son  sólo palabras, o eso dice la gente. No lo sé, puede ser cierto, pero tengo que decirtelo: "te amo".

lunes, 15 de abril de 2013

Memorias.

Hoy pasé afuera del sushi.

Sí, del sushi a donde una vez fuimos a comer. ¿Lo recuerdas?

Sí, ese que tenía en sus manteles la foto de una heladería japonesa que tenia servicio a domicilio (o eso pensamos nosotros porque tenía un letrero con un teléfono). ¿Ya sabes cuál?, ¿lo recuerdas?

Sí, ese en dónde marcaste el teléfono plasmado en el anuncio para que me trajeran un helado sólo porque se me había antojado, sólo para hacerme reír, sólo para decirme "Te quiero" sin decirlo.

Hoy pasé afuera del sushi y me acordé de nosotros. ¿Nos recuerdas?




Yo si nos lo recuerdo.

domingo, 14 de abril de 2013

¿En qué piensas?

"Estas muy callada, ¿en qué piensas?" me preguntas. Yo pienso en que te amo como no he amado a nadie jamás. Sonrío, "En nada" te contesto. Sonríes, besas mi frente y me dices, "quisiera leer tu mente tramposa, ¿algún día me dirás en qué piensas?", "algún día" te contesto.




Esa amor, esa es mi parte favorita de nuestra historia. 

jueves, 11 de abril de 2013

Algo que decirte al oído...

Te quise...

No más, ni menos de lo que ya te han querido.


Te quise...

No más, ni menos de lo que podré querer a alguien más.


Solamente te quise...


y eso es lo que importa,



porque nadie te quiso o te querrá como lo hice yo,

ni a nadie quise o querré como te quise a ti.

sábado, 6 de abril de 2013

Estoy desenamorada.

Según los últimos estudios en neurociencias el enamoramiento sólo nos dura de 2 a 3 años, máximo 4, ya que nuestro cuerpo no soportaría durante tanto tiempo "el cóctel del amor", compuesto por altos niveles de dopamina, oxitocina, serotonina y norepinefrina. O lo que sería lo mismo, después de 4 años de tener una relación de pareja tus mariposas en el estómago se mueren. 

Ésto calmó mi preocupación hasta hace unos meses. "¡Perfecto!", me dije, "Sólo me durará unos meses más éste pinche enamoramiento que tengo por ti, luego te olvidaré, seguiré mi camino, conoceré nuevas personas y me enamoraré de alguien más". Todo seguiría su curso.

Hace unos meses cumplí exactamente 5 años de haberme enamorado irrevocable e incondicionalmente de ti (sí, si leí esa frase del libro de Twilight, no me juzguen, me identifiqué por completo con esa estúpida historia de amor enfermo). Y pues nada, ¡eso quiere decir que ya no debería de estar pinches enamorada!, pero ¿por qué no? desafío a la naturaleza demostrando que todavía lo puedes alargar un mugroso año más. 

Y entonces, una idea atormentó mi mente, ¿y si existiera la posibilidad de que ya no este enamorada?, es decir, ya no me quitas el sueño, no siento taquicardia cuando te veo, me llamas, mandas un mensaje o "likeas" una de mis publicaciones, incluso hay cosas que me molestan de ti. 

Tienes muchos defectos ¿sabes? Odio que duermas más de lo que es humanamente posible, aunque amo que despiertes sólo para contestar mi mensaje; odio que en la cena comas como si fuera el último día de tu vida, aunque amo que me digas la lista interminable de platillos que acabas de comer; odio que hayas perdido la figura que tenías cuando te conocí, aunque amo la tierna pancita que se forma cuando estás sentado; odio que seas tan seco, aunque amo cuando en vez de besarme los labios me llenas el resto de la cara de besitos chiquitos porque es tu forma de decirme "Te quiero"; odio que no seas ni diminutamente precavido, aunque amo que no le veas complicaciones a la vida.

Pero, entonces... sí ya no estoy enamorada ¿por qué sigo queriéndote de la forma en que te quiero? osea no estoy diciendo que sigo queriéndote como cuándo te conocí, este querer es diferente, no se siente igual, ya no eres perfecto para mi, incluso eres peor que otros chicos que he conocido, pero eso no disminuye mi amor por ti, hasta podría decir que lo aumenta. 

Te quiero así, imperfecto, te quiero cuando me haces enojar, te quiero cuando me haces llorar, te quiero aunque no seas mi sueño hecho realidad, te quiero porqué lo he decidido. Y fue cuando me di cuenta.

Para que entiendas mejor le diré a Fromm que te explique lo que me pasó:

Cuando estamos enamorados nos parece que nuestra pareja es perfecta y la persona más maravillosa del mundo. Esa es la diferencia entre enamoramiento y el amor. Empezamos a amar cuando dejamos de estar enamorados...
...El verdadero amor no es ciego. Cuando amas a alguien puedes ver sus defectos y los aceptas, puedes ver sus fallas y quieres ayudarle a superarlas. Al mismo tiempo esa persona ve tus propios defectos y los entiende. El amor verdadero esta basado en la realidad, no en un sueño de que encontraste a tu príncipe azul o a tu princesa encantada. Encontraste a una persona maravillosa, de acuerdo, pero no es perfecta ni tu tampoco. Encontraste a tu alma gemela, pero también los gemelos discuten y también tienen diferencias. Amar es poner en una balanza lo bueno y lo malo de esa persona y después amarla. El amor es una decisión consciente.

Y entonces, en efecto ya no estoy enamorada de ti. No, ya no eres algo de lo que dependa mi universo. Ahora te amo. Te amo porque quiero, te amo por lo que eres y dejas de ser, todo tú, completo. 

Y ahora que lo sé, lo único que te pido, si es que tú también quieres, es que te quedes, para que te ame, me ames y nos amemos. Quédate porque no va a ser perfecto, quédate para que nos entendamos, nos superemos, nos construyamos. Quédate porque te amo.







O vete, igual mi amor por ti no va a cambiar.

sábado, 23 de marzo de 2013

Sabines me dijo un secreto.

Yo no lo sé de cierto, pero supongo que una mujer y un hombre un día se quieren...


Un día nos quisimos. 

Yo no lo sé de cierto. Lo supongo.

Ya no me ayudes Sabines. ¬¬

martes, 15 de enero de 2013

Receta para morir de amor


Para la realización de ésta receta es importante tener a la mano una persona. Sí así es, sólo una persona, no necesariamente indispensable, pero si única en su vida. No se preocupe por buscarla, el secreto está en que llegué en el momento, lugar y/o circunstancia menos indicada.

Una vez que tenga lista a su persona, úntele momentos insignificantes, llenos de pequeños detalles difíciles de olvidar y cómodos de evocar en la soledad. Ponga a fuego lento una mezcla de canciones cursis. Pueden ser desde las más escuetas y populares, que se escuchan mil veces al día en la estación de radio de su localidad y que, también, se dedican los enamorados otras diez mil veces, hasta esa canción que una vez encontró en esa página ubicada en el sitio más recóndito del internet y nadie a su alrededor ha escuchado o llegará a escuchar, pero que, sin embargo cuenta a la perfección “su historia” con dicha persona. Una vez integrada la mezcla ridículamente melosa de su elección, viértala en su “persona” llenando cada centímetro de ella, es importante la realización de este paso, ya que posteriormente ésta mezcla será clave en la culminación de su receta.

Meta al horno a una temperatura de 300 mil mensajes de conversaciones interminables por la madrugada. Y justo cuando esté en el punto de cocción culminante su relación, abra el horno, deje que la persona se vaya y siga un camino lejos de su cocina, su casa, su vida.

Aparte la mezcla de momentos insignificantes, canciones cursis y conversaciones trasnochadoras que le recuerden todo lo vivido con aquella persona, póngala a un lado en una mesa y espere a su descomposición, que se llene de moscas y moho. Después de semanas, meses o inclusive años esa mezcla de recuerdos se pudrirá junto con sus sentimientos. Y entonces ahí, cuando su corazón putrefacto sea incapaz de latir será querido(a) amigo(a), cuando haya muerto de amor.