lunes, 29 de junio de 2009

Rompe el vaso


Un fragmento de uno de mis libros favoritos "A orillas del río piedra me sentté y lloré" de Paulo Coelho.

- Quiero hablar de otro tipo de amor -insitió-. Aquel que comparten un hombre y una mujer, y en el que también se manifiestan los milagros.

Le cogí las manos. Él podía conocer los misterios de la Diosa, pero de amor sabía tanto como yo. Por mucho que hubiese viajado.

Y tendría que pagar un precio: la iniciativa. Porque la mujer paga el precio más alto: la entrega.

Estuvimos cogidos de las manos durante largo rato. Leía en sus ojos los miedos ancestrales que el verdadero amor coloca como pruebas a ser vencidas. Leí el recuerdo del rechazo de la noche anterior, el largo tiempo que pasamos separados, los años en el monasterio en busca de un mundo donde esas cosas no ocurrían.

Leía en sus ojos los millares de veces que había imaginado aquel momento, los escenarios que había construido a nuestro alrededor, el corte de pelo que yo debía de llevar y el color de mi ropa. Yo quería decir "sí", que sería bienvenido, que mi corazón había gando la batalla. Quería decirle cuanto lo amaba, cuánto lo deseaba en aquel momento.

Pero continué en silencio. Asistí, como en un sueño , a su lucha interior. Vi que tenía ante él mi "no", el miedo de perderme, las palabras duras que había oído en momentos semejantes, porque todos pasamos por eso, y acumulamos cicatrices.

Sus ojos empezaron a brillar. Sabía que estaba venciendo todas aquellas barreras.

Entonces solté una de sus manos, cogí un vaso y lo puse en el borde de la mesa.

- Se va a caer- dijo él.

- Exacto, quiero que tú lo tires.

- ¿Romper un vaso?

Sí, romper un vaso. Un gesto aparentemente simple, pero que implica miedos que jamás llegaremos a entender del todo. ¿Qué hay de malo en romper un vaso barato, si todos hemos hecho eso sin querer alguna vez en la vida?

- ¿Romper un vaso? - repitió-. ¿Por qué?

- Podría dar algunas razones -repondí-. Pero la verdad es que es sencillamente por romperlo.

- ¿Por ti?

- Claro que no.

Él miraba el vaso en el borde de la mesa, preocupado de que fuese a caerse.

"Es un rito de pasaje, como tu mismo dices -tuve ganas de decirle-. Es lo prohibido. Los vasos no se rompen adrede. Cuando estamos en los restaurantes o en nuestras casas procuramos que los vasos no queden en el borde de la mesa. Nuestro universo exige que tengamos cuidado para que los vasos no caigan al suelo."

Sin embargo, seguí pesando, cuando los rompemos sin querer, vemos que no era tan grave. El camarero dice "no tiene importancia", y nunca en mi vida, he visto que en la cuenta de un restaurante hayan incluido el precio de un vaso roto. Romper vasos forma parte de la vida y no nos hacemos daño a nosotros, ni al restaurante, ni al prójimo.

Moví la mesa. El vaso se bamboleó, pero no cayó.

- ¡Cuidado! -dijo él instintivamente.

- Rompe el vaso -insistí.

Rompe el vaso, pensaba para mi, porque es un gesto simbólico. trata de entender que yo rompí dentro de mí cosas mucho más importantes que un vaso, y estoy feliz de haberlo hecho. Mira tu propia lucha interior, y rompe ese vaso.

Porque nuestros padres nos enseñaron a tener cuidado con los vasos, y con los cuerpos. Nos enseñaron que las pasiones de la infancia son imposibles, que no debemos alejar a los hombres del sacerdocio, que las personas no hacen milagros, y que nadie sale de viaje sin saber a dónde va.

Rompe el vaso, por favor, y liberános de todos esos conceptos malditos, de esa manía de tener que explicarlo todo y hacer sólo aquello que los demás aprueban.

- Rompe ese vaso- pedí una vez más.

El clavo su mirada en la mía. Después, despacio, deslizó la mano de la mesa hasta tocar el vaso. Con un rápido movimiento, lo empujó al suelo.

El ruido del vidrio roto llamó la atención de todos. en vez de disfrazar el gesto con alguna petición de disculpas, él me miraba sonriendo, y yo le devolvía la sonrisa.

- No tiene inportancia- gritó el chico que atendía las mesas.

Pero él no le oyó. Se había levantado, me había cogido por los cabellos y me besaba.


6 comentarios:

  1. Me encantan los besos agarrados por los cabellos. Son muy intensos.
    Un beso MUYGRANDE :)

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  2. Me encantoo tu blooog, te dejo un saludo y espero que pases x el mio :) un besiito.

    Samii.

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  3. Gran lectura este libro. me gusta como escribes (:

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  4. He leído varios libros de Paulo.. pero este no.. y me ha animado a hacerlo.

    Saludos!

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